La puesta de sol entre las dunas.. un espectáculo por el que el viaje ya merece la pena.
La tranquilidad del desierto, esos colores ocres...
Lo más bello, sin duda, lo encontramos en la naturaleza. En la inmensidad del desierto uno parece pequeño, como una partícula de arena. Es el momento de soñar, de olvidar las penas, de disfrutar...
Es posible pasar una noche en este mágico entorno. Existen varios campamentos situados en el oasis de Ksar Ghilane, junto a una fuente de agua termal:
- Para los más aventureros, para lo que no priman el alojamiento, se presenta el campamento Paradis. Haimas para varios participantes y baños compartidos. A tener en cuenta el frío nocturno en invierno.
- Para los que prefieren más comodidades, un 4*, el Yadis (antiguo Pansea). Haimas muy confortables con baño privado.
Escribir comentario