Como una turista más

Hace un par de semanas una clienta me comentó que no tenía muy claro elegir Túnez como destino para sus vacaciones. Un conocido suyo le había asegurado que era un destino decepcionante.

Mi primera reacción, como toda buena mamá, fue de indignación... Una indignación que podía parecer subjetiva ante el amor que siento por este país.

Sin embargo, utilizando la lógica y retrocediendo en el tiempo, supe que esa reacción estaba más que justificada porque yo también, una vez, pensé en Túnez como destino. Y supe que podía ser objetiva, que mis sentimientos por Túnez no eran sólo fruto de vivir aquí, de tener una familia, unos amigos.

YO TAMBIÉN FUI UNA TURISTA.

Túnez me cautivó desde el primer momento. Era un gran desconocido para mí, no tenía ni idea de lo que podía ofrecerme. No era como Marruecos o Egipto, de estos países sí que teníamos información.

Fue un viaje inolvidable. Ayudó el venir con dos buenas amigas. En buena compañía, cómo lo puedes pasar mal?

Todo lo que descubrí, otra cultura, otro modo de vida, otra manera de medir el tiempo. Y los paisajes y el Sáhara. Señor! Ver el Sáhara por primera vez fue muy emocionante y dormir en su corazón, en un oasis, inexplicable.

Eramos unos 50 viajeros y todos cuajamos estupendamente. Y el guía un profesional de los pies a la cabeza (vital en un circuito).

Decidí disfrutar de todo lo que este país me ofrecía. Incluso de aspectos totalmente diferentes a los nuestros. Lo diferente no es mejor ni peor. Es diferente y de ahí también se aprende.

Así que puedo responder a mi clienta, sin miedo a pecar de "mamá protectora" que Túnez no decepciona. Y de todos modos, en todos los destinos turísticos hay algo por ver, sentidos por descubrir, gente por conocer. Si esto no ocurre... ¿no puede ser, tal vez, que el equivocado sea el viajero y no el país?

Y buen viaje!!