Rememorando a los gladiadores del Jem

Fotografía de Samuel Gómez
Fotografía de Samuel Gómez

 

Visitar el coliseo del Jem supone viajar al pasado para sentir la fuerza de los gladiadores.

Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1979, es una de las visitas imprescindibles en un viaje a Túnez.

El anfiteatro puede visitarse en su totalidad y sin masificaciones.

 

En el pequeño pueblo del Jem encontramos las impresionantes ruinas del más famoso coliseo romano de África del Norte y uno de los mejores conservados en el mundo.

La antigua ciudad, conocida como Thysdrus, fue fundada por los fenicios.

 

La construcción data del siglo III y muestra toda la grandeza y la extensión del Imperio Romano: De forma casi elíptica, mide 149 metros de longitud, 124 metros de ancho y 36 metros de altura. Las gradas, que se han reconstruido parcialmente, podían albergar hasta 30.000 espectadores por lo que el Jem se clasifica en tercera posición tras los coliseos de Roma y Capua. La arena, con 65 metros de largo en su mayor eje, está atravesada en el sótano por dos grandes galerías por las que accedían gladiadores y fieras. Estas galerías pueden visitarse.

El anfiteatro del Jem acoge el festival de música sinfónica y otros eventos artísticos 
desde hace veinte años.

Sin duda, un emplazamiento único que merece la pena descubrir.


En el coliseo se podían ver espectáculos sangrientos tal y como nos presentan las películas. Los condenados a muerte tenían en la arena la posibilidad de salvar su vida si lograban resistir en los juegos. 

 

Circuito recomendado: Oasis

Contacto: Agencia Desert Rose

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